INTRODUCCIÓN

¿Qué es un cristiano?
Jesús llama a sus seguidores a amar de la forma en la que Él amó. Pero según está registrado en los evangelios, existe una tensión en la forma en la que lo hizo. Fue complicada, inconsistente, injusta y confusa. En ocasiones, Jesús era duro; otras, era condescendiente. En ocasiones, señalaba el pecado, y en otras parecía ignorarlo.

Estamos tentados a resolver la tensión que se crea alrededor del amor de Jesús. Pero si lo intentamos, perdemos algo importante, algo esencial. El reto para los seguidores de Jesús es amar de la forma compleja, inconsistente, injusta y confusa en la que lo hizo Jesús, para aferrarnos a esa tensión.

LECTURA SEMANAL
La tensión que existe en el amor de Jesús era entre la verdad y la gracia. Es la tensión entre pecadores y ser perdonado. Jesús se sentía cómodo con esa tensión. Estaba dispuesto a ministrar a través de ella.

En su crucifixión, la cruz de Jesús fue colocada en medio de dos criminales. Uno de ellos se burló de Jesús, diciéndole que si Él era el Mesías, debería salvarlos y salvarse a sí mismo de ese castigo. La Biblia relata lo que sucedió después: Pero el otro criminal lo reprendió: —¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena? En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; este, en cambio, no ha hecho nada malo. Luego dijo: —Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

Lucas 23:40-42 NVI.

Jesús no dijo que el criminal no había hecho nada malo ni que no merecía el castigo que estaba recibiendo. Él no ignoró la verdad de los crímenes de ese hombre. Pero le ofreció gracia:
Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús.

Lucas 23:43 NVI.

A ese criminal solo le quedaban horas de vida. No había tiempo de enmendar los errores ni de reparar el daño que su pecado había provocado durante su vida. Jesús no hizo a un lado la verdad, pero le ofreció gracia a este hombre. Le prometió el paraíso.

A lo largo de esta serie hemos dicho que Jesús llama a sus seguidores a amarse los unos a los otros. Si quieres saber lo que quiso decir Jesús con “amarse los unos a los otros”, observa la forma en la que Él amó. Él llamó pecado al pecado… y luego pagó por él. Después de haberlo hecho, no nos condenó a ninguno de nosotros. Él nos ama incluso cuando no nos alejamos de nuestro pecado. Nos ama incluso cuando estamos tan rotos por nuestro propio pecado, o por el que alguien ha cometido en nuestra contra, que no estamos seguros si alguna vez podremos librarnos de él.

Esa es la forma en la que hemos sido llamados a amar.

GUÍA DE CONVERSACIÓN

1) ¿Alguna vez has tenido que compartir una verdad difícil en el trabajo, con tu familia o en la iglesia? ¿Tuviste gracia en la forma en la que la comunicaste? ¿Cómo afectó eso la forma en la que las personas respondieron?
2) Las personas que se enfocan en la verdad se preocupan porque otros se salgan con la suya en algo, mientras que los que se enfocan en la gracia se preocupan porque quizá pueden hacer que otros se sientan mal consigo mismos. ¿Cuál te describe mejor? ¿Cómo afecta eso la forma en la que piensas acerca de Dios y la fe?
3) En tus interacciones con cristianos, ¿has experimentado juicio, una insípida evasión de la verdad bíblica o una mezcla de verdad y gracia? Explica.
4) Lee Juan 4:1-26. ¿Qué es lo que te parece más sorprendente de esta historia? ¿Qué te incomoda de ella? ¿Qué te da un sentido de tranquilidad?
5) Lee Juan 8:1-11. Habla acerca de la forma en la que Jesús aborda la tensión entre verdad y gracia en los versos 10 y 11. ¿Es importante que Jesús le haya dicho a la mujer que Él no la condena antes de que le ordene que deje su vida de pecado? ¿Por qué sí o por qué no?

VIENDO HACIA ADELANTE
Si Jesús es la personificación de la gracia y la verdad, y la iglesia es su cuerpo, entonces tenemos que sentirnos cómodos con esa complejidad y tensión. La iglesia está en su mejor posición cuando abraza la gracia y la verdad de Dios, y se rehúsa a soltar cualquiera de las dos.
Seamos un grupo de iglesias llenas de la gracia y la verdad de Dios. Oremos para que Dios nos ayude a manejar esta tensión.

CAMBIANDO TU MENTE
Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan 1:14 NVI.